Movámonos!!
Movámonos!!

Movámonos!!

Hebreos 6:11-12 (Movámonos)
“Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.”

Hay unos que se quedan en la frase usual de “Dios te bendiga” y se ponen a esperar las cosas, pero hay otros que van más allá y se empoderan de los dones y talentos que el Señor los dotó, se apropian de la Palabra de fe que dice la Biblia y la viven, logrando alcanzar todo cuanto añoran, de hecho, nunca se sacian… Siempre quieren más!
¿Pero por qué sucede esto?
Leamos…

Entonces Elías le dijo a la gente: —¡Acérquense! Así lo hicieron. Como habían dejado en ruinas el altar del Señor, Elías lo reparó. Luego recogió doce piedras, una por cada tribu descendiente de Jacob, a quien el Señor le había puesto por nombre Israel. Con las piedras construyó un altar en honor del Señor, y alrededor cavó una zanja en que cabían quince litros de cereal. Colocó la leña, descuartizó el buey, puso los pedazos sobre la leña y dijo: —Llenen de agua cuatro cántaros, y vacíenlos sobre el holocausto y la leña. Luego dijo: —Vuelvan a hacerlo. Y así lo hicieron. —¡Háganlo una vez más! —les ordenó. Y por tercera vez vaciaron los cántaros.

El agua corría alrededor del altar hasta llenar la zanja. A la hora del sacrificio vespertino, el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: «Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu palabra. ¡Respóndeme, Señor, respóndeme, para que esta gente reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que estás convirtiéndoles el corazón a ti!» En ese momento cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja. Cuando vieron esto, todos se postraron y exclamaron: «¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!»” (1 Reyes 18:30-39 NVI)

Esto nos lleva a captar 3 ideas principales:

1. Elías vio el altar de Dios arruinado

Para entender el concepto de altar, la Palabra de Dios nos enseña que es el lugar que se erigía con la finalidad de ofrecer a Dios sacrificio, ya sea por agradecimiento (Génesis 8:20), o porque se deseaba invocar el nombre de Dios (Génesis 12:7-8; Génesis 26:25), o se anhelaba establecer un compromiso con Dios (Josué 8:30-35)… sin embargo, leamos…

“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” (1 Pedro 2:4-5)

Hoy por hoy, nosotros somos esos altares para Dios para ofrecer ofrecer a Dios clamor, comunión, agradecimiento, obediencia, compromiso, integridad y santidad andando en su presencia… Sacrificios espirituales por medio de Jesucristo! Pero esto lleva a preguntarnos ¿en qué estado se encuentra nuestro altar para Dios? ¿Cómo está nuestra vida de oración? Movámonos!!

2. Elías sabía que era necesario arreglar y limpiar el altar de Jehová

Para que el Señor arregle y limpie nuestra vida es necesario creer y tener comunión con Dios

“Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.” (Hebreos 4:2-5)

La fe en Dios nos permite descansar y entrar en su reposo porque sabemos que Dios cumplirá su propósito en cada uno de nosotros, pero la incredulidad mata nuestros propósitos sin haberlos emprendido, la incredulidad nos ciega, nos corta las alas y nos mantiene en el conformismo y la pasividad. Así que ¿Cuál es el motivo de nuestra incredulidad?… recordemos que

“El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.” (Salmos 147:3)

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6)

¿Reanudamos nuestra fe? Movámonos!!

3. Elías ofreció sacrificio acepto a Dios

Luego que hemos decidido tener una vida de comunión con Dios, creer y caminar en las promesas de Dios nuestro altar está apto para ofrecer un sacrificio que será de olor grato a Dios, sin embargo, es justo aquí cuando muchos desisten debido a que se levanta la crítica, la murmuración, el desánimo… es aquí cuando muchos se rinden…

“Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto. Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo, y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.” (Deuteronomio 20:1-4)

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” (Romanos 12:1-3)




No perdamos el enfoque! Nuestro sacrificio será acepto a Dios!

Solo avancemos y

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

Hay unos que se quedan en la frase usual de “Dios te bendiga” y se ponen a esperar las cosas, pero hay otros que van más allá y se empoderan de los dones y talentos que el Señor los dotó, se apropian de la Palabra de fe que dice la Biblia y la viven, logrando alcanzar todo cuanto añoran, de hecho, nunca se sacian… Siempre quieren más!
¿Cómo está nuestro altar? A cual tipo de persona perteneces? Movámonos!!

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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!

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