¿Podrías ablandar tu corazón?
¿Podrías ablandar tu corazón?

¿Podrías ablandar tu corazón?

Hebreos 3:8-19
No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice:

Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

¿Instrucciones?

Tal como cualquier electrodoméstico que viene con las instrucciones para poder operarlo de manera adecuada y no dañarlo, de igual manera el hombre tiene sus instrucciones para tener una vida abundante, llena, bendecida y duradera… Estas instrucciones se encuentra en la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17)
Sin embargo, las circunstancias, los malos tratos, los problemas, las situaciones del día a día, la crianza, la cultura y la tradición ha sido un fuerte baluarte que ha hecho que el hombre endurezca su corazón a la voz de Dios y su instrucción.

“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3:10-18)

El no escuchar la voz de Dios…

el no meditar en sus preceptos y estatutos, el no tener una comunión con el Señor, el no reconocerlo en el caminar diario solo ha hecho que nuestro corazón se endurezca y albergue frialdad, insensibilidad, dictaminar que es lo «mejor» para nosotros y por otra parte solo hemos resuelto olvidar a los que tenemos a nuestro lado, llenarnos de indiferencia al olvidar la necesidad de los demás, olvidar que somos brazos extendidos de Dios para nuestros semejantes, engañándonos con críticas para justificar el porqué están así, y desviando el tema para vivir unas vidas desiertas andando en ciclos repetitivos y vivir de migajas de felicidad que el entorno brinda. De modo que

“… el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.” (1 Timoteo 4:1-3)

“Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.” (Mateo 13:15)

«Y se conviertan y yo los sane»… Dios espera que tu y yo abramos nuestro corazón para que así quiebre toda dureza que hay en él

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9

¿Alguna mejor idea?

“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras” (Romanos 2:4-6)




¿Cansado de tener un corazón tan pesado lleno de incredulidad, insensibilidad y lejos de Dios?

“Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.” (Hebreos 4:6-7)

Hoy puede ser nuestro día de arrepentirnos y entregar el corazón al Rey de Gloria, ¡Él siempre sabe que hacer!

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:15-16)

¿Queremos entregar el timón de nuestra vida?

Bueno

“…Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.” (Romanos 10:8-11)

¿Beneficios?

1. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:28-30)

 

2. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.” (Juan 14:6-7)

 

3. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:26-27)

Si pero… y qué de la dureza del corazón?

Tranquilos que

“… yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” (Ezequiel 36:24-27)

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36)

¿Podrías ablandar el corazón para que así Dios nos pueda usar?

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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!

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