¿Resignación?
¿Resignación?

¿Resignación?

Lucas 8:43-44 (Resignación)
«Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.»

Día a día nos levantamos con el ánimo para vivir, hasta el punto de hacer planes a corto, mediano y largo plazo… Siempre tenemos tanto que planear, hacer y por supuesto, esperamos lograr. Pareciera que fuimos programados para emprender y nunca para desfallecer…

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2)

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)

Pero posiblemente nuestra vida se ha visto rota en mil pedazos luego de acudir a una cita médica por X molestia y nos hayan diagnosticado una enfermedad degenerativa, una enfermedad que los médicos nada pueden hacer, o una enfermedad terminal. Salimos con las fuerzas que nos quedan luego de esta noticia y empezamos a buscar quién nos puede ayudar pero cada vez las cosas se tornan de mal a peor…

“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,” (Marcos 5:25-26)

Luego estamos tan llenos de odio, rabia, impotencia, duda, desespero, soledad… que cuando alguien nos habla de Jesús… solo le decimos “Ora por mí” o ya de manera resignada solo respondemos “Eso de la oración no creo que sea para para mí”…
Para ti que no ves la salida, para ti que te encuentras en la resignación es lo siguiente:

1. No dejemos que el desespero nos ciegue, mientras hay vida hay esperanza

Es fácil pensar en este tipo de situaciones que ya no hay opción solo la muerte, sin embargo Dios a gritos nos dice

“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26)

“Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.” (Eclesiastés 9:4)

2. Por favor, volvamos a creer

En medio de la enfermedad es fácil depositar nuestra vida en manos de algún especialista para que sane nuestra enfermedad, pero ninguno de ellos nos ha podido sanar… Nos hemos sentido decepcionados, hemos sentido que nos han fallado, sin embargo, Dios no nos va a fallar… Volvamos a confiar en Dios

“Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre. Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, Así Jehová está alrededor de su pueblo Desde ahora y para siempre.” (Salmos 125:1-2)

3. Porque al que cree todo le es posible

“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” (Marcos 9:23)

“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40)

Vamos! Si se puede! Recordemos que

“… sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6)

4. ¿Pero por qué debemos dejar la resignación y depositar nuestra confianza en Dios?

“porque nada hay imposible para Dios.” (Lucas 1:37)

“Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.” (Marcos 10:27)

5. Dios nos recuerda que este no es nuestro final



“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28)

más bien recordemos que

“los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:31)

“cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.” (Marcos 5:27-29)

Ya hemos oído hablar de Jesús… ¿Nos atrevemos a dejar la resignación para confiar y decidirnos a tocar su manto en oración?

Si aún no tienes tu Biblia, te recomiendo buscar la tuya aquí
Recuerda pasar por el Cancionero

Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *