Apocalipsis 21:1-4 PDT
“Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra habían desaparecido. El mar ya no existía. También vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que bajaba del cielo, desde donde está Dios. La ciudad estaba arreglada como una novia para su novio, lista para casarse. Oí una fuerte voz del cielo que decía: «Ahora, el hogar de Dios está con los seres humanos y él vivirá con ellos. Serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo como existía antes ya desapareció».”
La mayoría de nosotros al nacer iniciamos nuestra vida llorando… Muchos comentan que se debe al primer aire que expulsan los pulmones causando dolor, mientras otros ameritan que se debe al estrés del bebé al nacer, así es, pasar de un ambiente cómodo y seguro a otro que es totalmente desconocido. Sin embargo, al poner al bebé piel con piel con su madre, cesa su llanto, se siente protegido, seguro y cuidado.
“Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.” (Salmos 6:6-7)
Cuando crecemos, lloramos por diferentes situaciones que producen en nosotros dolor, desaliento
“Mi rostro está inflamado con el lloro,Y mis párpados entenebrecidos, A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura.” (Job 16:16-17)
muerte de alguien y al hacer duelo
“María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró.” (Juan 11:32-35)
impotencia, sufrimiento, injurias
“Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?” (Salmos 42:3)
Pero ¿Sabías que existe alguien que sufrió y derramó sus lágrimas mucho más que nosotros?
Él fue
“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” (Isaías 53:3-7)
“Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres” (Isaías 52:14)
y por si fuera esto poco Él fue
“… derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas. Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte. Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.” (Salmos 22:14-16)
Sin embargo, resucitó
“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.” (1 Corintios 15:3-6)
y luego
“el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.” (Marcos 16:19)
este es Jesús!
Todo lo escrito, todo lo profetizado fue cumplido! Jesús experimentó todo esto y mucho más! Él sabe de nuestro sufrimiento y derramamiento de lágrimas… y nos entiende!
Es Él el que ha prometido cambiar nuestro lamento en baile, ceñirnos de alegría, el que ha puesto cántico nuevo en nuestras bocas (Salmos 30:11-12)… Él es el que dice
“He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.” (Isaías 57:18-19)
Entonces… ¿Enjugar nuestras lágrimas… es posible?
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” (Efesios 3:20-21)
Este Grande, Asombroso y Poderoso es el que promete que
“Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo como existía antes ya desapareció».” (Apocalipsis 21:4 PDT)
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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!