Efesios 6:17
“Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”
A lo largo de la historia, hemos leído como todo personaje histórico que militaba siempre tuvo un enemigo y una relación directa con un arma. Y no somos no somos la excepción… Luego que decidimos aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador se nos dan instrucciones precisas mediante la Palabra de Dios de cómo debemos militar…
¿3 enemigos en común?
1. Satanás
“Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo, el diablo, anda buscando a quien destruir. ¡Hasta parece un león hambriento! Resistan los ataques del diablo; confíen siempre en Dios y nunca duden de él. Ya saben que en todo el mundo otros seguidores de Cristo están sufriendo como ustedes.” (1 Pedro 8-9 TLA)
2. La carne
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gálatas 5:17-21)
3. El mundo
“Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a mí me odió primero. Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo.” (Juan 15:18-19 DHH)
Así que… ¿Con qué peleamos? ¿Cuál es nuestra arma?
La respuesta se encuentra en Efesios 6:17 “… y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”… Así es!
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12)
¿La Biblia?
“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” (Juan 20:30-31)
Veamos algo de historia romana
Hurgando un poco en la historia, el ejército romano fue tan temible por su manera de ataque, organización y por su famosa “gladius”, una espada aproximadamente 45 a 65 cm. Esta era una espada de acero de 2 filos y estaba diseñada para un ataque certero, rápido y eficaz. Y no solo eso, ¡El romano podía meter y sacar su gladius en su contrincante varias veces de manera rápida!
Pero había un precio… el romano debía mantenerla afilada y practicar constantemente con ella!
Así que, con la Palabra de Dios tenemos afilado nuestro discernimiento…
“!!Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos; De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste. !!Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmos 119:97-105)
El adiestrarnos en ella nos evitará tantos dolores de cabeza, nuestros ataques serán más efectivos al enemigo, haremos prosperar nuestro camino y todo nos saldrá bien…
“Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:7-8)
¡Usándola sabremos cómo resistir al diablo!
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7)
Y por si fuera poco, ¡es el arma que usamos para libertar al cautivo de las garras del enemigo!
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” (2 Timoteo 4:1-5)
Para meditar
¿Nuestra gladius está afilada? ¿Hemos practicado con ella? El actuar a la liguera sería demasiado arriesgado y descuidado! ¡Y nunca olvidemos que nuestra espada no es para condenar al hermano sino para edificarlo!
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Efesios 6:12)
¡Vamos guerreros! Meditemos en la Palabra, adiestrémonos en ella y nunca olvidemos que
“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.” (Isaías 54:17)
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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!