¿Venciere?¿Libro de la Vida? ¿Qué significa?
¿Venciere?¿Libro de la Vida? ¿Qué significa?

¿Venciere?¿Libro de la Vida? ¿Qué significa?

Apocalipsis 3:5
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.”


Este versículo revela una gran maravilla! Desde mucho antes que se ejecutara nuestro nacimiento y que tuviéramos uso de razón, el Señor ya nos había pensado, el Señor nos había determinado un propósito y el Señor había escrito nuestros nombres en el Libro de la Vida.

“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. !!Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! !!Cuán grande es la suma de ellos!” (Salmos 139:13-16)

Sin embargo

también Apocalipsis 3:5 lleva consigo una condición: “El que venciere”… Enormes bendiciones recibirán los que vencieren!

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” (Apocalipsis 3:21)

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” (Apocalipsis 2:7)

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.” (Apocalipsis 2:11)

“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.” (Apocalipsis 2:26-28)

Pero, ¿Los que vencieren de qué manera?

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14)

Siendo Santos!

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (1 Pedro 1:13-16)

¿Es posible ser santo?

Pero ¿Cómo es posible ser santo y más cuando abunda maldad a nuestro alrededor? ¿Es esto hoy en día posible?

Pero ¿Cómo es posible ser santo y más cuando abunda maldad a nuestro alrededor? ¿Es esto hoy en día posible?

Claro que sí! Un ejemplo sería teniendo una estrecha relación delante del Señor

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.” (Salmos 139:23-24)

tomando la decisión de apartarnos de lo malo

“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.” (Romanos 6:22)

y viviendo conforme a la Palabra de Dios

“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.” (Salmos 119:9)

Libro de la Vida

De nosotros depende que nuestros nombres permanezcan o no escritos en el Libro de Vida, nosotros tomamos la decisión de caminar en santidad o no, sin embargo, debemos saber que Dios es justo y ha dado un dictamen respecto a esto

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23)

Por ejemplo, la Palabra de Dios relata

“Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro.” (Éxodo 32:30-33)

dado esto entendemos que

“El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.” (Ezequiel 18:20)

Por ello es normal que

“Sean raídos del libro de los vivientes, Y no sean escritos entre los justos.” (Salmos 69:28)

En una ocasión cuando los discípulos de Jesús volvieron gozosos cuando se le sujetaban los demonios Jesús les advirtió

“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.” (Lucas 10:20)

No podemos subestimar que

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.” (Daniel 12:1-3)




¿Qué decisión tomaremos?

Todos tenemos una fecha de vencimiento y

“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” (Apocalipsis 3:5)

de otra manera

Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno[a]devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.” (Apocalipsis 20:11-15 NVI)

Un final lamentable no?… ¿Qué dices?

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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!

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