Efesios 6:12 (Demonios)
«Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”
Un endemoniado es una persona que has sido subyugada por demonios de manera parcial o completa. Los demonios influyen en el poseído hasta el punto de causar problemas, perdida de los sentidos, enfermedades, pensamientos de suicidio, tomando control de su voluntad y llevándolo hasta su propósito, que siempre es el mismo, robar, matar y destruir (Juan 10:10a).
El endemoniado gadareno
La Palabra de Dios registra varias historias de lo que pueden hacer los demonios en un poseso, sin embargo nos enfocaremos en una historia que reúne varios puntos, el endemoniado gadareno. Veamos:
“Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea. Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros. Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.) Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.
Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso. Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó. Y los que apacentaban los cerdos, cuando vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos. Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo.” (Lucas 8:26-35)
1. Hace mucho tiempo estaba en ese estado
«…endemoniado desde hacía mucho tiempo…»
2. No era uno.. eran muchos!
“Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero.” (Mateo 12:45a)
3. Los demonios llevaban con fuerza a este hombre a romper las cadenas y grillos y lo llevaban a los desiertos
«…pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos…»
4. Reconocen la autoridad… ¡Rogaban a Jesús que no los mandase al abismo!
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.” (Lucas 11:24)
5. Después de expulsados el hombre volvió a estar en su juicio cabal
«y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio»
Pero, ¿Puede ser endemoniada una persona que ha aceptado a Cristo como su Señor y Salvador?
Después de aceptar a Cristo como nuestro Señor y Salvador el Espíritu Santo viene a morar en nosotros
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 8:9-11)
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3:16)
¿Entonces qué debemos hacer?
Siempre que damos lugar a la desobediencia, inmoralidad, ocultismo todo aquello que desagrada a Dios, es sinónimo de enviar una invitación formal a los demonios, por ello debemos
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8)
y debemos
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” (Santiago 4:7-8)
“Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” (1 Juan 3:7-9)
¿Aceptamos a Jesucristo como Señor y Salvador y dejamos que tome el control de nuestras vidas el Espíritu Santo de Dios?
Si aún no tienes tu Biblia, te recomiendo buscar la tuya aquí
Recuerda pasar por el Cancionero
Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!