Amós 3:3
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”
Desacuerdos en el noviazgo, el matrimonio, la crianza con los hijos, el trabajo, el negocio… Escuchamos inicialmente frases como: “Cuando le hablo de ir a la iglesia, me esquiva el tema pero nos llevamos muy bien”, “Mi socio soborna personas pero la idea es que crezcamos, él conmigo es honesto”, “Llevamos casados tanto tiempo y hemos hablado innumerables veces que deje de hacer esto pero insiste en hacerlo… Bueno igual me llama y me dice que me ama”, “Mi jefe me ha pedido hacer esto que es ilegal, sin embargo, es solo una vez no más”… Para luego terminar diciendo: “¿Por qué me pasa esto?!” “Señor por qué permites que me pase esto?!” “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”
Posiblemente nos venga a nuestra mente un absoluto “NO!”
sin embargo, a raíz de la emoción y el encanto a nuestro alrededor vemos que la mayoría andan juntos pero esto no significa estar de acuerdo. Relaciones matrimoniales, relaciones entre padres e hijos, relaciones sociales, relaciones laborales pierden el encanto porque no se ponen de acuerdo… Es tal como 2 personas tirando de una cuerda en cada extremo… gastan fuerzas, ganas y a ningún lado podrán llegar!
“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?” (Eclesiastés 4:9-11)
Si no podemos estar de acuerdo, de seguro vamos a lograr algo: Una gran pérdida de tiempo seguido de un fracaso rotundo!
“…Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.” (Lucas 11:17b)
Pero entonces, ¿Existe alguna clave para llegar acuerdos satisfactorios? ¿Cómo saber con quien puedo tener un acuerdo?
Todo tiene un orden.. así que veamos:
1.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16-17)
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)
y “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” (Romanos 8:14)
Si nuestro manual de instrucciones es la Biblia, estaremos primeramente de acuerdo con Dios, reconoceremos que Cristo es nuestro único Camino, Verdad y Vida, y por si fuera poco el Espíritu Santo nos guiará, es decir, hijos de Dios seremos.
2. Pero ¿qué si la otra persona o nosotros no tenemos este estandarte?
“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.” (Jeremías 15:19)
¿Entonces?
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?” (2 Corintios 6:14-15)
Un acuerdo con alguien que no tenga el primer punto… ¿Esto llegará a buen término? Posiblemente si, posiblemente no… Entonces dado que no sabemos el resultado ¿Vale la pena jugar con nuestro tiempo? Es mejor que Jesucristo sea el centro de nuestro acuerdo.
Recordemos que cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor esto significa que Gobierna hasta en nuestras decisiones y acuerdos!
Qué decimos: En buenos acuerdos o en desacuerdos y pesares?
Si aún no tienes tu Biblia, te recomiendo buscar la tuya aquí
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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!