1 Samuel 23:5 DHH
“David y sus hombres se pusieron en marcha hacia Queilá, y allí lucharon contra los filisteos, y los derrotaron por completo y se apoderaron de sus ganados. De esa manera salvó David a los habitantes de Queilá.”
El marinero antes de embarcar, primero revisa los implementos de su nave, mira si el tiempo, el viento y la mar son adecuados y favorables, y… si todo esta en orden, emprende a navegar. Sin embargo, aquel marinero que no toma cuidado de los detalles, dejar su vida a la suerte puede resultar en una gran pérdida.
“!!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.” (Santiago 4:13-14)
De igual manera, día a día vemos oportunidades y sí, todo lo vemos a nuestro favor, tal como el marinero ve que el viento y la mar están adecuadas para navegar y todo esta en orden.
Muchas veces estas oportunidades son creadas por personas que animándonos con palabras o palmadas en la espalda nos transmiten ese deseo para hacer las cosas.
Por mucho que todo se vea agradable y nos depare un buen camino, debemos estar lúcidos, poner nuestro corazón a Dios y preguntarle si debemos emprender este caminar o no.
¿Me das un ejemplo?
Bueno, ¿Qué tal si dos?:
- Moisés antes de emprender su viaje como Libertador de Israel le dijo al Señor
“…Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” (Éxodo 33:1)
- El mismo Jesucristo antes de pasar todo lo que sabía que le acontecería dijo
“…Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” (Mateo 26:39b)
La ciudad de Queilá y David
Ahora, el panorama para David se veía extremadamente «interesante«… Queilá había sido liberada por su mano, así que esta ciudad estaba en deuda con él!
David podía escuchar las voces de los ciudadanos de Queilá diciendo: “¡Viva nuestro Salvador! ¡Viva David! Ven David y gobiérnanos! Sé nuestro Rey!”
Pero antes de seguir con el relato preguntémonos: ¿Nosotros nos hubiéramos quedado en Keila o no?
La decisión de David
David, antes de dejarse llevar, prefirió desechar todas estas voces, tapar sus oídos a la ciudad de Keila y preguntar al que todo lo sabe, al Único y Señor vivo, al Sabio por Excelencia:
“¿Vendrá Saúl a buscarme, según he sabido? ¿Me entregarán a él los habitantes de Queilá? ¡Señor y Dios de Israel, este siervo tuyo te ruega que se lo digas!
Y el Señor contestó:
—Saúl vendrá.
Entonces David preguntó:
—¿Nos entregarán los habitantes de Queilá, a mí y a mis hombres, en poder de Saúl?
Y el Señor respondió:
—Los entregarán.” (1 Samuel 23:11-12 DHH)
De haber confiado David en los hombres, hoy no estaríamos hablando de él, ni de sus salmos y ni mucho menos sus proezas.
¿Cuántos errores hemos cometido por confiar a la liguera y soltarnos en personas que no tienen claro hacia donde se dirigen?
“El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos.” (Proverbios 16:9)
“Hay camino que parece derecho al hombre, Pero su fin es camino de muerte.” (Proverbios 16:25)
“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino.” (Salmos 37:23)
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5)
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jeremías 17:5-8)
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti. Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.” (Salmos 32:8-10)
Para meditar
Hoy es un buen día para acercarnos al Señor y decirle:
“Señor perdónanos por alejar nuestra confianza de Ti…
Hoy reconocemos que tu Grandeza, Soberanía y Sabiduría…
¿Quién es más sabio que Tu?
¿Habra alguien sobre la faz de la tierra que tenga un consejo mejor que el tuyo?
Hoy Señor, nos volvemos a Ti.
Por favor, guía nuestros pasos, dirígenos, háblanos, oiremos y haremos…
Porque ¿de qué serviría que emprendamos algo sin tu dirección?
Aunque todo se vea favorable queremos que tu Señor dirijas nuestra barca para no errar.
Ven, toma el timón de nuestra vida. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén”
Te invito a que pases por el Cancionero y escuches la canción «Si tu Presencia no marcha conmigo»
Si aún no tienes tu Biblia, te recomiendo buscar la tuya aquí
Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!