Salmos 119:163-164 (Afán)
“La mentira aborrezco y abomino; Tu ley amo. Siete veces al día te alabo A causa de tus justos juicios.”
¿Iniciando con afán?
Pling Pling! Suena la campana y primer round!!
Ring Ring!!! Sonó el despertador! Y a correr! Que los dientes, que bañarnos, que los niños, que el desayuno, que el transporte, que no podemos avanzar debido al tráfico, que vamos a llegar tarde, que llegamos al trabajo y debo hacer tantas cosas, llega el almuerzo y comemos rápido porque después no nos alcanza el tiempo…
Pling Pling! Suena la campana y segundo round!!
Seguimos con el trabajo, cafés para aguantar!, reuniones con el jefe, salimos de trabajar, la odisea del transporte, correr por los niños, llegamos a casa, nos acostamos a ver el programa del momento, ya casi nos toma el sueño…
‘Señor tu sabes que te amo, te doy gracias por zzzzzzzzzz”
Hemos caído en el juego del afán…
¿Qué enseña la Biblia respecto al afán?
La Palabra nos enseña que el Señor siendo Todopoderoso, Magnifico y Admirable, y pudiendo hacer todo de una vez, Él se ha tomado el tiempo:
1. con la creación
“Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.” (Génesis 2:3)
2. con nosotros
“Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!” (Salmos 139:13-14 NVI)
Y no solo eso… Pese a nuestro pecado, Él nos perdonó, nos lavó, nos compró, nos justificó, nos aceptó como hijos, nos dio de su Santo Espíritu… Tu y yo somos importantes para el Señor! pero…
¿Cuán importante es el Señor para nosotros?
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20)
¿Seguiremos en nuestra rutina diaria dejando las sobras para el que se toma tiempo con nosotros o haremos un cambio y daremos al Señor el lugar que le pertenece en nuestra vida?
Decidámonos hoy, quizás mañana sea tarde!
“Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta.” (Salmos 63:1 NVI)
Y por si aún tenemos duda de ello, recordemos que
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7)
¿Oración y ruego?
He aquí un ejemplo de oración de cómo Dios esta al tanto de todo aquello que nos trae afán
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” (Mateo 6:9-13)
¿Nos estamos dejando llevar por el afán?
Hoy es un buen día para empezar a meditar en la Palabra de Dios y hacer propias cada promesa que en ella aparecen y así adquirir confianza y seguridad! ¿Por qué o para qué? Porque
«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.» (Isaías 26:3)
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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!