Hechos 14:19-20
“Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe.”
La lapidación era una práctica muy común que consistía en rodear a una persona acusada de algo para lanzarles piedra… ¿Pero hasta cuándo? Hasta que la gente viera que la víctima no se movía o hasta que entre las piedras corriera sangre que fácilmente podía constatar en la muerte de la víctima.
En pocas palabras, la lapidación era para que el acusado saliera de ella solamente muerto. Por ejemplo:
“Todos empezaron a gritar muy fuerte, se taparon los oídos y se lanzaron contra él. Lo sacaron a empujones de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los que dieron falso testimonio contra Esteban dejaron sus mantos al cuidado de un joven llamado Saulo. Ellos siguieron tirándole piedras a Esteban, pero él oraba: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». Después, se arrodilló y gritó muy fuerte: «¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!» Y después de decir esto, murió.” (Hechos 7:57-60 PDT)
Entonces, ¿Cómo fue posible que Pablo saliera vivo de esto?
1. Pablo tenía una pasión tan desenfrenada de amor por Cristo
“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.” (2 Corintios 2:14)
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:7-14)
2. Pablo vivía su vida predicando de su Amado
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !!ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio. Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.
Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él.” (1 Corintios 9:16-23)
3. Pablo sabía que su vida estaba en las manos del TodoPoderoso, entonces, ¿a qué temer?
“Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (2 Timoteo 4:17-18)
Pablo: ¡Amor, entrega, pasión y confianza en Dios!
Ahora entendemos como fue que Pablo salió vivo de esa lapidación… El Señor siempre estaba con él y lo levantó!
Sin embargo, Cristo fue a la cruz por nosotros, tanta gente tomo en sus hombros el evangelio, sufrieron de tal manera para que a nuestro tiempo llegase la Palabra de Dios, conociéramos de nuestro Redentor y Salvador, tuviéramos vida y vida en abundancia y expandiéramos el evangelio a toda criatura… y que triste es ver que en agradecimiento lo que hacemos es: No leer la Biblia, no evangelizar, llegar tarde al servicio, pensar que con ir el domingo a la iglesia es más que suficiente, no orar…
¿Sabes? ¿De un corazón que no está apasionado por Jesucristo que podría salir?
“Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.” (Apocalipsis 2:4)
¿Dónde están los Nehemías, Esther, Jonatan, Elías, Sadrac, Mesac, Abed-nego, Daniel, Jeremías, Esteban, Pablo…?
¿Tenemos un corazón apasionado por Jesús?
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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!