Juan 8:41-44
“Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.”
Hoy por hoy
El engaño es sencillamente dar a una mentira apariencia de verdad induciendo a los demás a creer algo que en realidad no es cierto.
Sabemos que la Palabra de Dios dice
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22:6)
Sin embargo, hoy por hoy es común que en nuestra sociedad la gente mienta y engañe, dado que el tema empieza de casa… Un hijo es acostumbrado por sus padres hacerlo.
¿Mal ejemplo?
Un niño que escucha y presencia falsos testimonios, calumnias, deshonestidad, teniendo una doble vida, doble moral, etc… terminará por absorberlo todo y tarde que temprano lo practicará…
Recordamos frases como: “Dile que no estoy”, “No digas nada a tu mamá”… ¿Cómo les decimos que no lo hagan porque es malo, si lo ha visto el ejemplo en nosotros? ¿Careceríamos de autoridad verdad?
Dios no miente y espera que nosotros, como su imagen y semejanza, tampoco lo hagamos
¿Cuál es la razón de engañar y mentir? ¿Reconocimiento? ¿Avaricia? Obtener alguna “ventaja”? ¿Celos? ¿Apariencia?… Sea cual sea la razón debemos entender que:
1. Dios aborrece los mentirosos y engañadores
“Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos.” (Proverbios 6:16-19)
2. El que tal hace, deshonra a Dios
“No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.” (Levítico 19:11-12)
3. El engañador no entrará en el Reino de Dios
“No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.” (Salmos 101:7)
4. El engañador tarde que temprano caerá en su mismo engaño
“El que cava foso caerá en él; Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.” (Proverbios 26-27)
5. Los engañadores y mentirosos tienen un final no tan bueno que digamos
“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Apocalipsis 21:8)
¿Que deberíamos hacer para ser libres del engaño y la mentira?
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” (Juan 3:19-21)
Todo engaño y mentira es pecado y es del diablo, y el que tal práctica se constituye hijo del diablo (Juan 8:41-44). Hoy podemos tomar una decisión:
1. Confesar y recibir perdón
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:8-9)
2. Cambiar nuestra actitud
Si hemos aceptado a Jesucristo como Señor y Salvador (Romanos 10:9), si somos hijos de Dios (Juan 1:12), entonces estamos en Cristo!
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17)
3. Caminar en verdad
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)
Así que
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;porque somos miembros los unos de los otros.” (Efesios 4:22-25)
Si nos basamos en los principios de la Palabra de Dios y nos ejercitamos en ellos es posible disciplinarnos hasta desarrollar una nueva actitud basada en la cordura, honestidad y verdad. Dejemos de mirar que los demás lo hacen y empecemos por nosotros para ser ejemplo de cambio para la familia, empresa, vecinos, sociedad, hijos…
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:1-2)
Y no olvidemos procurar
“… con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Timoteo 2:15)
¿Deberíamos seguir engañando y mintiendo, o mejor somos agente de cambio?
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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!