¿Hijos? Y resulta que al final si se van…
¿Hijos? Y resulta que al final si se van…

¿Hijos? Y resulta que al final si se van…

Proverbios 22:6 (Hijos)
«Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.»

¡Qué rápido pasa el tiempo!

Esta bien… Nacen, se crece la familia, empezamos en la primera etapa a vivir toda una maravilla con estos integrantes que dependen absolutamente de nosotros… ¿Qué nombre? ¿Qué ropa? ¿Qué alimentación? ¿Citas médicas y vacunas? ¿Cuándo gatearán y caminarán? ¿Cuándo dirán papá y mamá?

«Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?» (Jueces 13:12)

Llegamos a la segunda etapa… asisten a la escuela, conocen amistades, aprenden y se dan cuenta de varias cosas que pueden hacer solos y ya no dependen tanto de nosotros

«Padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien críenlos con disciplina e instrúyanlos en el amor del Señor.» (Efesios 6:4)

Pero continúa el reto de disciplinarlos, educarlos, enseñarles principios, valores, otorgarles responsabilidades, modales, autocontrol, conducta, respeto… Les aplaudimos cuando algo hacen bien y, les corregimos y ayudamos a mejorar cuando algo les sale mal, pero sin darnos cuenta no alcanzamos a percatarnos cuán rápido crecen, cuanto saben y cuanta ansia tienen de volar.


Y finalmente la tercera etapa…

«Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.» (1 Corintios 13:11)

Pensamos que debemos aún estar para cualquier situación que pasen pero la verdad es que nosotros somos los que hemos olvidado de qué están hechos y lo que les hemos enseñado. Sí, ha pasado tan rápido y no queremos asimilar que realmente si saben, que si pueden, que si son capaces y que ya es hora de que emprendan su propio vuelo.

¿Y ahora?

Padre y Madre que justamente estás viviendo esta tercera etapa quiero regalarte lo siguiente:

1. Tus hijos sí lo lograrán

«Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.» (1 Samuel 17:48-50)

Así es, David, aquel en el que nadie creía por no tener «experiencia» fue uno de los que empezó a conquistar poco a poco sus retos. ¿Sabes? Quizás nos invada la duda respecto a que si podrán o no superar las situaciones que enfrenten nuestros hijos, pero te tengo noticias, la verdad es que sí lo lograrán. Recuerda: aprendieron de ti, lo vieron de ti, salieron de ti, tiene tu madera y te sorprenderán.

2. Tus hijos no van a estar solos

«Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.» (Salmos 32:7-8)

¡No van a estar solos, saquemos eso de nuestras cabezas! El Señor ha prometido ser su refugio, su camino, su guía y velará por ellos, así como Dios ha estado con nosotros, estará también con ellos… no temas, Él mismo les enseñará lo que necesitan aprender en esta etapa! ¿Recuerdas como aprendimos?

3. Seguirán creciendo y madurando

«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.» (Romanos 8:28)

Si, vivirán situaciones complejas, se sentirán cargados, llorarán y sentirán que no pueden más pero todo hace parte del crecer, madurar y del gran propósito que tiene Dios para con ellos. Así como nosotros hemos vivido los nuestros, ellos también deberán vivir los suyos.

¡No lo vivamos por ellos! Sería demasiado egoísta no dejarles vivir sus procesos, de hecho, es similar a querer ayudar a caminar al que puede hacerlo por sí mismo y al pasar el tiempo, cuando no estemos, se sentirá obligado a usar muletas o silla de ruedas porque nunca se le brindo la oportunidad de confiar en sus propias piernas. ¡Más bien ayudemos a que alcancen sus objetivos y abarquen mucho más!

4. Sigue siendo responsabilidad seguir orando por ellos

«E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.» (Job 1:4-5)

«Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos.» (1 Crónicas 29:19)

El desatar bendiciones sobre tus hijos no solo debe hacerse en tiempo de festividades, esto se debe hacer siempre! Recuerda que la labor de orar por ellos nunca termina, incluso, no des paso a la soledad, más bien, ¿Has pensado en la oportunidad de orar diariamente como matrimonio por esos hijos que se han marchado? ¿Has pensado en salir con tu pareja? ¿Has pensado en disfrutar a tu pareja? Reafirma tu relación de pareja… Inténtalo!

5. Aconsejar vs Señalar vs Controlar

«¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.» (Santiago 3:13)

Frases como: «Te lo adverti!«, «Te lo dije!«, «Es tu culpa por haberte ido«, «A mi no me preguntes, arréglatelas solo«… nunca ayudarán… La Biblia advierte que

«Al que responde palabra antes de oír, Le es fatuidad y oprobio.» (Proverbios 18:13)




Mas bien estemos siempre dispuestos a darles un consejo cuando nos lo pidan, recuerda que siempre serás su padre y madre, y justamente este es un punto para afianzar las relaciones con tus hijos que se han marchado. Comprende que si te buscan es porque realmente saben que en ti pueden hallar una orientacion. Ahora, si no sabes del tema nunca olvides que

«… si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.» (Santiago 1:5)

¿Quién ha dicho que la historia termina aquí?
Por si lo has olvidado por un momento… Se van como hijos e hijas y regresan como padres y madres… Que la tristeza no te robe el tiempo, más bien, guarda ese tiempo para derrocharlo al máximo con los nuevos integrantes que ellos traerán.

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Dios te continúe bendiciendo y que sigas teniendo un excelente día en Cristo Jesús!

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